Cuando las experiencias se convierten en recuerdos, empiezan a cambiar... y a cambiarnos. A medida que se desvanecen, dejan huellas. Huellas que a menudo hablan de una vida tormentosa. Con la madera grisácea, esto se llama pátina. Con nosotros: carisma. En lugar de pensar en blanco y negro, reconocemos los innumerables matices de gris que hay entre los contrastes.
Finos matices que crean armonía. También en casa. Ningún otro tono puede unir tantos estilos diferentes, ser tan comedido, garantizar a los demás apariencias tan coloridas y verse tan bien a sí mismo. Si la soberanía fuera un color, entonces el gris. Y si nos dejaran elegir: "Gris humo".
